Caida del cabello

 Aunque sufrimos caída de cabello
durante todo el año, otoño es la época en la que más se acentúa este problema
que tanto nos preocupa. Hay muchos factores que conducen a la caída del cabello,
como son el estrés, malos hábitos, tratamientos agresivos con tintes o calor,
así como la predisposición genética. Además, en estos meses se ven las
consecuencias de la exposición del pelo al sol, cloro de la piscina o sal del
mar durante el verano. 

Existen numerosos tratamientos
para frenar la caída del cabello, que siempre deben ir acompañados de unos
hábitos adecuados, como lavado con un champú suave específico para el problema,
evitando el agua demasiado caliente, y espaciando lo máximo posible el tiempo
entre lavados. Conviene evitar otros productos agresivos como tintes o lacas,
así como el calor directo con secador o plancha. 

El principal tratamiento son los
comprimidos o cápsulas orales, que contienen activos que promueven la
regeneración celular y no solo evitan la caída del pelo existente sino que
favorecen el crecimiento de nuevos cabellos. Es por ello que hay que tener
paciencia y ser constantes con el tratamiento ya que los primeros efectos se
perciben tras 1-2 meses desde el inicio.  

Las ampollas son un apoyo a los
tratamientos orales, también tienen activos que se aplican sobre el cuero
cabelludo tras cada lavado de pelo. De esta manera los folículos pilosos se
nutren tanto desde el interior como desde el exterior.  

El minoxidil es un compuesto
vasodilatador, que promueve la circulación de la sangre hacia el cuero
cabelludo, es muy útil aplicarlo durante el tratamiento oral, ya que favorece
que los activos lleguen hasta los folículos pilosos. Sin embargo no es la
opción más adecuada para usar a largo plazo, ya que tras un tiempo de uso puede
producir dolor de cabeza o hinchazón en las piernas, no está indicado para
personas que sufren migrañas o tienen problemas circulatorios, ni tampoco para
personas con piel sensible. 

Y recuerda, en caso de duda, pregúntanos.